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A Bola convive con un triple homicida en libertad

Imagen de A Bola

Tras la conmoción generada la alcaldesa asegura que la seguridad prevalece y alerta sobre posibles riesgos

La reciente incorporación de un vecino con antecedentes penales por homicidio a una pequeña parroquia de A Bola (Ourense) ha suscitado inquietud en los habitantes locales, aunque la alcaldesa insiste en que “los vecinos están tranquilos”. La regidora ha detallado los pasos que el ayuntamiento ha tomado para garantizar seguridad y evitar alarma social, al tiempo que reconoce cierto grado de preocupación por parte de la población.

Una llegada polémica

Según la alcaldesa de A Bola, Teresa Barge (PP), el nuevo vecino es Antonio Gali Balaguer, un hombre que ya cumplió condenas por tres asesinatos, quien alquiló una vivienda en la aldea de San Pedro en marzo. El contrato del alquiler pasó inadvertido hasta que los propios vecinos alertaron al consistorio sobre la llegada de un nuevo inquilino con movilidad reducida. La casa que ocupa, según Barge, era una vivienda antigua cuya idoneidad había de verificarse en términos de habitabilidad.

De acuerdo con las declaraciones de la alcaldesa, la propiedad fue vendida previamente mediante anuncios en Internet por los herederos de los antiguos propietarios, que viven fuera de la zona. Aunque el ayuntamiento desconocía la identidad del nuevo inquilino en un primer momento, fue alertado cuando los propios residentes ayudaron al hombre a subir alimentos a su casa, desconociendo que se trataba de alguien con antecedentes criminales.

La regidora subraya que los vecinos empezaron a sospechar cuando identificaron su nombre en el buzón y lo buscaban en internet, al observar que les resultaba familiar. Algunos llegaron incluso a planearle la compra de una nevera mientras mostraban hospitalidad, sin prever el alcance mediático que el caso alcanzaría.

Reacción institucional

Tras descubrir los antecedentes del nuevo residente, el Ayuntamiento dio cuenta de la situación a la Guardia Civil para que verificara que el individuo no estaba fugado y para que aplicara las medidas de vigilancia que la normativa permite. Según la alcaldesa, no se trata de un seguimiento estricto sino de una presencia disuasoria de las fuerzas de seguridad con el objetivo de evitar alarma social y promover el sentido común entre los vecinos.

Barge admite que existe cierta inquietud entre la población, sobre todo después de recibir numerosas visitas de periodistas y curiosos que alteran la cotidianidad del lugar. “No nos lo imaginábamos ni en nuestras peores pesadillas. Es una película de terror”, llega a afirmar. Por eso, el municipio se mantiene en constante comunicación con sus habitantes para reaccionar si surge cualquier incidente o molestia.

La alcaldesa anuncia que convocará una rueda de prensa en el salón de plenos para aclarar la cuestión públicamente y restablecer la normalidad. En sus palabras, A Bola es un municipio con valores importantes y no considera oportuno que su imagen quede ensombrecida por un caso tan singular. Resalta además que, en 2024, el pueblo fue uno de los que más creció porcentualmente en población dentro de la comarca, gracias a su categoría de área de reserva de la biosfera y a sus servicios de calidad.

Por su parte, algunos vecinos entrevistados admiten que “preocupados no estamos, él no sale casi nunca” y defienden que la publicidad que este asunto genera es nefasta para la reputación del municipio. Otros comentan que “entre todos” habían pensado comprarle electrodomésticos sin saber quién era realmente. La sorpresa ha sido mayúscula cuando se conocieron sus antecedentes.

Los hechos delictivos

Según la sentencia consultada por este medio, Antonio Gali Balaguer fue condenado en 2009 a 19 años de prisión por un homicidio cometido en 2005. En ese caso, recogió a una mujer que ejercía la prostitución en Ourense, condujo con ella hasta una carretera cercana a Maside y, con intención de acabar con su vida, la estranguló hasta provocarle asfixia. El crimen fue cometido en un entorno aislado, con el propósito de que la víctima no pudiese pedir ayuda ni defenderse.

Además, el veredicto indica que el acusado tenía antecedentes previos: había sido condenado por la Audiencia Provincial de Zaragoza a una pena de 64 años por dos asesinatos y abusos deshonestos, aunque estas condenas acumuladas ya estaban extinguidas en abril de 2014. Desde entonces, sus antecedentes estaban saldados y tenía derecho a reinsertarse según la normativa vigente.

El municipio de A Bola cuenta con una población de poco más de mil habitantes. Dada su condición de localidad pequeña y rural, la irrupción de esta situación ha generado debate no solo local sino regional, al poner en tensión la convivencia, la seguridad ciudadana y la capacidad de reacción de las autoridades en contextos de poca densidad de población.

El equipo de gobierno local insiste en que la prioridad es mantener la calma, evitar la alarma colectiva y acompañar a los ciudadanos. Al mismo tiempo, fomentan que cada residente actúe con prudencia: no visitar la vivienda del individuo, no acercarse demasiado sin motivo y mantenerse alerta ante cualquier comportamiento extraño.


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